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jueves, 29 de mayo de 2008

Efectos del Sol y tanorexia

Ahora que en ciertas zonas del planeta está a punto de comenzar el verano, ha aparecido creo que por casualidad el tema de la tanorexia (“tan” significa en ingles moreno) Y trata sobre esa necesidad de estar más y más moreno, de mantenerse horas y horas al sol o salas de UV. Hasta tal punto que el subdirector de la Sociedad Americana del Cáncer Len Lichtenfeld opina que “promocionar sólo los beneficios de los rayos UV es como recomendar fumar para rebajar el estrés”.

Los investigadores Wagner y Warthan, después de analizar la conducta adictiva de los que tomaban sol fueron los que bautizaron esta actividad como tanorexia.

Por otro lado se dice que los rayos UV incrementan los niveles de endorfinas creando placer. O sea se va originando un refuerzo mental placer-recompensa.

Yo opino de forma mucho más simple, que toda actividad compulsiva (todas), tiende a activar las drogas naturales; de ahí que aunque aparentemente supongan acciones desmesuradas y ridículas, es evidente que cuando aceleramos la marcha del organismo, conectamos el turbo y comenzamos un mantra compulsivo, estamos estimulando las drogas que cambian el sentido de trabajo o de actividad por placer.

Los profesionales, médicos, dermatólogos han levantado cierta alarma con la tanorexia, muy extraña por cierto, ya que cada actividad desde el trabajo al deporte, la limpieza, los juegos, etc. cuando se llevan de forma compulsiva y adictiva, no sólo son difíciles de frenar sino que por lógica lleva a enfermedades específicas y bastante conocidas. Como ya dije todas sin excepción.

Se suele decir que todo es cuestión de medida; tanto lo que hacemos como lo que consumimos siempre que sea normal es bueno para la salud, pero los organismos de salud pública han declarado que no hay limitarse a informar, sino a ser más estrictos con la legislación que regula estas prácticas. Creo que se olvidan que estas prácticas se originan en todas las actividades incluso las laborales, lo que pasa que cuando aparece esta necesidad de estimular las drogas hay que ir más lejos, hay que preguntarse qué es lo que está afectando para que el organismo busque la huída. Y eso no es fácil. No se arregla con filosofías o reglamentaciones. Hay que seguir preguntándose: ¿Quién no huye de algo buscando actividades para ello?

Foto: kri-kri-Khriss-ti-ti-aaan