El fin del mundo no sería como lo han patrocinado hasta hoy en día.
La principal causa sería una semilla… sí, llamada Terminator. Auspiciada por el gobierno de los Estados Unidos al menos en la época Bush (Queda saber qué hace al respecto el gobierno de Obama, difícil tarea), junto a empresas macabras de conocido desprestigio: Monsanto la propietaria, Syngenta, Dupont-Pioneer, asociadas a la Fundación Bill Gates, Fundación Rockefeller, Fundación CGiar, Fundación Ford.
Vamos a empezar por los cultivos transgénicos. Puede que nos enrollen con cantidad de argumentos químicos, pero hablando en simple y para que todos podamos entender, se trata de una semilla envenenada en laboratorio que una vez que ha generado una cosecha se autodestruye.
Pero ahí no termina todo, las plantas, los frutos, los cereales, llevan consigo dicho veneno, entre ellos el espantoso y terrorífico glisofato, la joya de Monsanto, desarrollada por Estados Unidos, de ahí que las plantas crecen perfectas y sus frutos o cereales sin que haya que cuidarlas. Este veneno al mismo tiempo se esparce por las tierras y penetra en el agua que no sólo se mantiene en una región sino que puede transportarse a todo un país como sucedió en Dinamarca.
Como si esto fuera poco, las semillas Terminator contagian a las demás sanas y en poco tiempo todas se hacen transgénicas. Es decir que hasta las plantas silvestres terminan comportándose como las Terminator, creando la alarma de desaparecer e ir desertizando cada vez más y más regiones, motivo por el cual, el ganado y las aves de corral son alimentados con piensos elaborados a partir de estos venenos, sin que la cadena se frene. Quedando a su vez en suspenso cómo responderán o reaccionarán mediante sus defensas los diferentes parásitos que viven de de las plantas.
De momento los gobiernos más fuertes están esclavizando a los países más desfavorecidos y es así como se pueden observar millones de hectáreas tanto en Hispanoamérica como en África ocupadas por estos cultivos del terror con el cual alimentan a Asia, Europa y países subdesarrollados, siendo los principales, la soja, el arroz, el maíz y el trigo… China es el país que más está cultivando, a gran escala, todos los granos esenciales (arroz, maíz, trigo y soja.)
Además de los conservantes a base de lecitina de soja y grasas, etc. de los que poco a poco irán saliendo las listas.
Por ello y para defenderse y tener sus reservas, los creadores de esta macabra actividad, han construido bancos de semillas sanas. Según la FAO de momento hay unos cerca de 2.000 bancos de semillas: el mayor es el del gobierno de Estados Unidos desarrollado en la etapa Bush y otros grandes bancos son mantenidos por China, Rusia, Japón, India, Corea del Sur, Alemania y Canadá que tienen una media de casi 7 millones de variedades de semillas, de las cuales casi dos millones son “diferentes”.
Respecto a Bill Gates se supo que su Fundación tenía que invertir en lo que fuera sólo 1.500 millones de dólares al año de un capital enorme. Es cuando da el paso de dejar la dirección de Windows para dedicarse de pleno a un negocio más rentable aún y de cara a un futuro diferente uniéndose a distintas fundaciones y macrocomercios: Fundación Rockefeller, Monsanto asociado a su vez a la Fundación Ford, Syngenta, Dupont-Pioneer, Fundación CGiar…
(De ahí las grandes y secretas reuniones mantenidas entre Bill Gates y Obama, con el fin de ponerle precio y obtener nuevos contratos y de poder así seguir manteniendo la misma política y comercio sucio y asesino que permitió el antiguo régimen.)
Surgen dentro de un gran enjambre de figuras importantes e influyentes que gracias a sus puestos claves en todos los terrenos, van sacando a flote el proyecto Svalbard, que consiste en el montaje de una enorme cueva a prueba de bombas y cualquier tipo de ataque con el fin de acumular todas las semillas fértiles y en estado natural ubicada en Finlandia cerca del Ártico con el nombre “El Día del Juicio Final”. La cámara del Día del Juicio Final de Svalbard tiene capacidad para albergar cuatro millones y medio de semillas diferentes.
Monsanto, DuPont, Dow Chemical tienen antecedentes en términos de manejo de la vida humana. Desarrollaron y proliferaron invenciones como la dioxina, los PCB, el Agente Naranja.
Encubrieron durante décadas evidencia obvia de consecuencias carcinogénicas u otras severas para la salud humana del uso de productos químicos tóxicos.
Han enterrado informes científicos serios de que el herbicida más generalizado del mundo, glifosato, el ingrediente esencial en el herbicida Roundup de Monsanto vinculado a la compra de la mayoría de las semillas genéticamente modificadas de Monsanto, es tóxico cuando se escurre al agua potable. Dinamarca prohibió el glifosato en 2003 cuando confirmó que ha contaminado el agua subterránea del país.
Todo este entramado está ahora escondido bajo el bunker “Arca de Noé” con más de 100 millones de semillas alegando que ha sido construido por el gobierno noruego vendiéndonos semejante comercio con la idea de que un posible cataclismo o el cambio climático acabe con las reservas. Queda preguntarse quién irá en esas circunstancias a la Polo Norte… :) (Sonrisa irónica...)
No sería mejor decir la verdad: que es un negocio; mientras fabrican transgénicos para venderles veneno a todo el mundo crean esas reservas.
Colección de fotos del mismo: Bunker de Noruega
Artículo de la inauguración:
Inauguración Arca de Noé
Además de Estados Unidos que ha llevado dicha tendencia hasta el momento está ahora la amenaza de China que piensa realizar todos sus cultivos con semillas transgénicas y vender sus alimentos al resto del mundo, además del consumo interno.
Bueno estos son los datos recopilados; a mí me queda pensar que se puede jugar en la vida pero no con ella y que no habrá filtros capaces de parar si no los alimentos envenenados, el agua que llegue a ellos mismos. Podrán a través de la OMS (Organización Mundial de la Salud), mantenida por ellos, seguir ocultando mediante tácticas de que el cigarro mata, de que el cáncer, de que los virus, pero hasta cuándo… El agua sigue corriendo y transportando su veneno.
Fuentes: New York Times, Geo Magazine, GreenPeace, Los Angeles Herald, New Daily Telegraph, Los Angeles Times, Sciense Earth, Muy Interesante Extra, Prensa, El Día, Canal Spy, Herald Daily. South China Morning Post, El País, El Mundo, La Razón… Y cantidad de prensa escrita y virtual que sería imposible mencionar a todos.
Enlaces que no deben dejar de leerse detenidamente, comparado con todo esto, todo lo demás carece de importancia o son manipulaciones para distraer la atención:
LA GUÍA VERDE Y ROJA DE GREENPEACE:
Guía Roja y verde
En esta guía Roja y Verde, un artículo de GreenPeace aclara: “En la agricultura y ganadería ecológicas (en algunos sitios conocidos como orgánica o biológica) no está permitido el uso voluntario de transgénicos. Sin embargo, el pasado 12 de junio de 2007 se aprobó en la Unión Europea una legislación que permite la contaminación "accidental o técnicamente inevitable" de los productos ecológicos con hasta un 0,9% de transgénicos y sin tener que informar de ello en la etiqueta. Una medida que favorece una vez más a las grandes corporaciones biotecnólogicas y que deja totalmente desprotegido al consumidor.”
Enlaces:
Aquí dejo Datos recopilados y aportados por F. William Engdahl, investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización: Centre for Research on Globalization (CRG) a la que se han añadido European Coordination (EC), American SOS (ASOS), United State of World (USW)
Bill Gates y su fundación, la Fundación Rockefeller, Monsanto, Syngenta AG de Suiza; Fundación Dupont-Pioneer, Fundación CGIAR; George Harrar de la Fundación Rockefeller, Forrest Hill de la Fundación Ford, Robert McNamara del Banco Mundial, el ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, como presidente; un sudafricano, Strive Masiyiwa, quien es un Fideicomisario de la Fundación Rockefeller. Incluye a Sylvia M. Mathews de la Fundación Bill & Melinda Gates; Mamphela Ramphele, ex directora gerente del Banco Mundial (2000 – 2006); Joseph De Vries, director del Programa para Sistemas de Semillas de África; patrocinios ofrecidos por el gobierno de EE.UU. para capacitar en EE.UU a científicos africanos en ingeniería genética, proyectos de bioseguridad financiados por la Agencia de Desarrollo Internacional de EE.UU (USAID) y el Banco Mundial; la investigación en OGM involucrando cultivos alimentarios indígenas africanos. Margaret Catley-Carlson, canadiense, quien también está en el consejo consultivo de Group Suez Lyonnaise des Eaux, una de las mayores compañías privadas de aguas del mundo. Catley-Carlson también fue presidente hasta 1998 del Population Council, basando en Nueva York la organización de reducción de la población de John D. Rockefeller, establecida en 1952. El antiguo ejecutivo del Bank of America y actualmente jefe de Animación de Hollywood DreamWorks, Lewis Coleman. Coleman es también jefe del consejo director de Northrup Grumman Corporation, uno de los principales contratistas del Pentágono en la industria militar de EE.UU. Jorio Dauster (Brasil) es también presidente del consejo de Brasil Ecodiesel. El ex embajador de Brasil en la Unión Europea y negociador jefe de la deuda externa de Brasil para el Ministerio de Finanzas. Dauster también ha servido como presidente del Instituto Brasileño del Café y como coordinador del Proyecto por la Modernización del sistema de patentes de Brasil, que involucra la legalización de patentes sobre semillas genéticamente modificadas, algo que hasta hace poco estaba prohibido por las leyes brasileñas. Dr. Mangala Rai de India, es secretario del Departamento de Investigación y Educación Agrícola de India (DARE), y director general del Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR). También es miembro del consejo del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI).
Los principales cultivadores de plantas de la actualidad son Monsanto, DuPont-Pioneer Hi-Bred, Syngenta y Dow Chemical, los gigantes globales de las patentes de plantas OGM. Desde comienzos de 2007 Monsanto tiene derechos de patentes mundiales junto con el gobierno de EE.UU. para la planta así llamada “Terminator” o GURT ((acrónimo inglés de Grupo de Tecnologías de Restricción de Uso).
El centro del peligro y el potencial para abuso inherentes en el proyecto Svalbard de Bill Gates y de la Fundación Rockefeller, puede con el desarrollo de semillas patentadas para la mayoría de los principales cultivos de subsistencia del mundo como ser arroz, maíz, trigo, y granos alimenticios como la soja, ser utilizado en última instancia en una forma horrible de guerra biológica.
Una pequeña compañía de biotecnología de California, Epicyte, anunció en 2001 el desarrollo de maíz genéticamente modificado que contenía un espermicida que esterilizaba el semen de los hombres que lo comían. En esa época, Epicyte tenía un acuerdo de sociedad conjunta para propagar su tecnología con DuPont-Pioneer y Syngenta, dos de los patrocinadores de la cámara de Semillas del Día del Juicio Final en Svalbard. Posteriormente, Epicyte fue adquirida por una compañía de biotecnología de Carolina del Norte. Fue sorprendente saber que Epicyte había desarrollado su maíz OGM espermicida con fondos de investigación del Departamento de Agricultura de EE.UU. [USDA], el mismo que, a pesar de la oposición mundial, siguió financiando el desarrollo de la tecnología Terminator, ahora en manos de Monsanto.