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lunes, 12 de abril de 2010

Fenómeno anual del 21 de marzo


Otoño-Primavera
Hemisferio Sur-Hemisferio Norte

Algo que sucede cada año y apenas pensamos en ello; el Sur se prepara para ver caer las hojas y observar el paisaje en los ocres y los marrones mientras que el Norte vibra en un renacer, los brotes y la floración, los nidos…

Y todo porque comienza a originarse el segundo equinoccio (en latín significa “noche igual”) porque el Sol alcanza el cenit sobre el ecuador terrestre y eso es lo que da origen a que la noche y el día tengan la misma duración. A partir de esa fecha cada hemisferio cambiará y en uno se irá prolongando la noche mientras que en el otro, el día.

En el equinoccio de marzo los mayas celebraban el descenso a la Tierra de Kukulkán, el dios de la sabiduría, que les había enseñado a cultivar y a conocer los secretos del cosmos.


Con precisión matemática y arquitectónica, los mayas construyeron en su honor el famoso castillo de Chichén Itza en donde, al producirse el equinoccio, el sol baja por la escalinatas como una serpiente de luz. Para ellos ese era su año nuevo.


En coincidencia con los mayas, pero en el otro lado del mundo, también iraníes y afganos festejan su año nuevo o Now Rooz entre el 21 y el 24 de marzo, o si se prefiere, del 1 a 4 de farvardín, según el calendario persa.

Antes de que se inventara el calendario gregoriano, en gran parte del mundo y en especial en Roma, se festejaba el año nuevo a mediados de marzo.

Que es lo más lógico ¿Verdad? Cuando ambos hemisferios tienen su día y su noche igual