Hay quienes se extrañaron con el fenómeno que pudo verse en el horizonte de Noruega, abarcando gran parte del país. Una mañana de diciembre, miles de personas lo observaron, pararon sus coches y llamaron al servicio de meteorología que no tenía respuestas ante dicha difusión. No se trata de un suceso humano porque aún le ha sido imposible a la humanidad crear artificialmente semejante demostración en espiral de tan vasta extensión, aunque muchos se atribuyeron el mismo alegando una nueva arma, una especie de agujero negro... Evidentemente esto último se trata de un bulo, ya que no es posible algo semejante mediante artilugios humanos por más avanzados que hayan querido convencernos que están los dispositivos militares. Y tampoco simulaciones mediante laser o emisores por el estilo desde tierra, debido a la enorme amplitud del evento que fue avistado por casi todo el país.
Pero no debe extrañarnos ya que tenemos por ejemplo la Galaxia espiral M66 (Messier 66) que se ha calculado que está a unos 35 millones de años luz de distancia de la Tierra.
Y lo más curioso que a medida que se ha ido estudiando y catalogando se fue observando la interacción con otras; cada vez se iban encontrando más y más ejemplos de galaxias pares, tanto es así que se empezaron a descubrir los efectos de los compañeros cercanos de las mismas y las propiedades de estas galaxias sólo podían explicarse a través de interacciones gravitacionales y las fusiones entre ellas…
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