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Brasilera, retenida en Barajas y deportada después de 7 días.
Papeleo y papeleo, consulado… Janaina, a sus 27 años se dijo que basta de soñar y decidió por fin el viaje a España. Es así como desde la ventanilla del avión se iba despidiendo de sus costas brasileras, de la playa caliente y de la samba.
Descendió en Barajas con su pasaporte y 500 euros. El estómago burbujeaba en lo nuevo y apenas se dio tiempo a pensar cómo sería su nueva vida. Eran las 10 de la mañana. Empezaba un día, empezaba otra existencia.
No la dejaron pasar como a los que estaban delante; revisaron el pasaporte y decidieron ponerle un sello de entrada denegada, la enviaron a La Sala de Retornados. Allí estuvo encerrada una semana. Ni su pasaporte, ni sus euros, ni el hotel reservado, ni su ilusión aunque fuera la de turista, nada fue suficiente.
Una semana presa en el aeropuerto. Todo eso para devolverla a Brasil. Presa, mientras los delincuentes seguían robando en la gran sala de Barajas, esos delincuentes que salen y entran hasta 40 veces al día: apenas detenidos, inmediatamente soltados; mientras ella, no sólo había perdido la libertad, sino que la policía, la policía, sí, la trataba como prostituta.
Dicha policía argumentó lo siguiente:
"No reunía el requisito de presentar los documentos que justifiquen el objeto y las condiciones de la estancia prevista, que la legislación vigente exige para que pueda autorizársele la entrada."
Pero, qué curiosas son la leyes, en esa misma legislación dice que no se puede retener sin devolver a su país de origen a nadie en esas condiciones más de 72 horas y la tuvieron encerrada 7 días…
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Regalo de Cherokee