Es el título de un libro de autoayuda de Ruediger Dahlke. Esos que hay que recoger con alfileres. Porque la táctica a mi modo de ver consiste como muchos de ellos en dopar la mente y me parece que ahí no siempre está la solución. Es verdad que lo fundamental consiste primero que nada en intentar quitar el área de dolor, no totalmente, porque es positivo, es el que avisa, el que advierte, pero cuando se hace agudo termina por anular muchas de nuestras funciones racionales.
Y por supuesto no anular la confianza sobre todo en uno mismo.
Dahlke nos dice que “los síntomas de la enfermedad jamás son un castigo, sino indicaciones, oportunidades y tareas que hay que aprender.”
Vamos a reflexionar sobre ello: Evidentemente cuando aparecen determinados síntomas, éstos son alarmas que nos indican desde el vamos que en determinada zona o zonas hay un problema. El organismo está en ello tratando de solucionarlo o solucionarlos, de todas formas advierte a toda la unidad mediante la conciencia por si fuera necesaria la ayuda externa. Es así como o bien lo resuelve por sí mismo o mediante lo que ha obtenido del exterior en caso de que no le fuera suficiente.
Pero Dahlke va por otro lado, nos advierte de que a través de esos procesos aprendemos a identificar los conflictos ocasionados por la enfermedad y se crea una fuente de aprendizaje.
Yo creo que se va un poco por las ramas, porque no sólo nos dice que el saberlo todo alimenta nuestra alma, sino que él mismo se eleva a la altura de un maestro y salvador por que sí. Algo mesiánico el tío :)
El libro lo saqué por el tema en sí, en que lo más importante de una enfermedad es conocerla, averiguar bien qué es lo que está sucediendo para encontrar los paliativos necesarios.
Dahlke dice que es siempre un camino que conduce a la evolución y que todos los síntomas llevan también implícita la energía de la sanación.
Agrega que debemos preguntarnos qué hemos aprendido hasta ahora con ello y qué podemos seguir aprendiendo. Cómo poder seguir creciendo gracias a ello, qué sugieren, que representan para cada uno.
Pienso que es importante lo que nos va dejando como aprendizaje, porque eso significa estar mejor preparados para lucha, obtener más y mejores armas. Para ello debemos estar atentos no sólo a los síntomas y a la enfermedad en sí, sino en todos los factores que inciden sobre ella; ayudar desde “afuera” a ese proceso que no vemos y pedir las asistencias necesarias las cuales debemos investigar bien, elegir las adecuadas e ir rechazando aquellas que no aportan sino más problemas.
Vigilar qué nos están dando, si es lo adecuado o por lo contrario nos puede llevar a ignorar más el suceso.
Un ejemplo podrían ser los casos de depresión (Digamos los más graves) en que las ayudas obtenidas, generalmente consisten en dopar al organismo, eso significa no sólo dejar de resolver el problema base en sí sino depender de una serie de medicamentos (drogas, no olvidemos) y de quien no los proporciona. Alejándonos a nosotros de nuestro cuerpo y de lo que él nos indica.
Regalo de Cherokee