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Vaya con Quevedo... “Si quieres que te sigan las mujeres, vete delante de ellas.”
Pues nada, yo fui un pocos más lejos: a la dentista, ¿Es que hay alguna que te puede perseguir más?
Y mientras sus manos enguantadas hurgaban mi boca, su cara enmascarada tapada hasta las orejas tan cerca y mis brazos flácidos sobre el sillón, me preguntaba qué sentirán y pensarán los dentistas cuando van al dentista...
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