Por una casualidad que también se da en la red, esos encuentros fortuitos que logran sorprenderte, llegué hasta Begoña, la sobrina nieta de Francisco Ayala.
Ella he colocado en su blog un vídeo de él que al descubrirlo se lo mostré a mi abuelo, quien lo miró no sólo asombrado sino con un cierto deje de nostalgia.
Empezó a recordar algunos domingos que almorzaba con su padre en un piso altísimo de Buenos Aires donde vivía Ayala en ese tiempo; allí se reunían parte de la familia y algunos amigos entre los que estaban otro Francisco y Carmita, ella de Granada; Pío (una persona muy respetada…) que iba de vez en cuando.
En fin, una mente despejada que aún pasados los 100 años sigue trabajando con la misma orientación que en aquellos tiempos donde hacía gala del buen humor y de afabilidad; claro y sosegado.
Este vídeo es cortito pero muy rico, en él se aprecia su desenfado y sencillez que lo ha caracterizado siempre.
Aquí el Blog de Begoña: Idilio Inexistente