Pienso en Guy Prost que dijo que el infierno estaba ubicado en la Tierra y agregaba que no era necesario inventarlo con imágenes o ficciones, ya se encargaba de ello la realidad.
El humano está continuamente quejándose, buscando la quimérica felicidad y luchando para obtener más beneficios individuales que puedan proporcionársela. Oímos hablar de derechos, de crueldades cometitas, de la obligación de mantener la dignidad donde poder desarrollarse…
Entonces miro un avispero que está en un tronco aledaño y pienso en ellas, en su misión y destino. Éstas son avispas sociales porque también hay otras solitarias donde no hay trabajadoras y construyen un avispero individual.
Totalmente inmóvil, con ropas oscuras y sin perfume, observo sus colores negro marrón, rojo y verde metalizado, alrededor de su nido apanelado. Es abril, las obreras asexuadas están en plena faena, retocando el nido con celdillas que construyeron triturando y amasando con su propia saliva, barro, hojas, cortón y lo colgaron de una de las ramas del esqueleto arbóreo o en los suelos o arbustos o aleros; acomodando los huevos en los alveolos y cazando insectos para alimentarlos.
Evidentemente no veo a la reina, la madre jefa del avispero ni a los machos y hembras que son las encargadas de que la especie siga.
Su trabajo es incesante, me pregunto a mí mismo, ¿protestarán en su idioma? ¿Luchan por convenios laborales? ¿Sienten estrés o se ponen ansiosas por ser explotadas de esa manera? ¿Por las castas injustas? No lo parece, sólo las ves trabajar, como si en eso consistiera su gran valor y enorme importancia.
Su misión consiste en el diabólico juego de la vida, en el que unos están para ser devorados por otros. Ellas cazan moscas y juntan larvas, con eso permiten que exista un equilibrio sobre el crecimiento de aquellas que nacieron para eso y que a su vez vinieron con otra misión: la de consumir productos de deshecho.
Me doy vuelta a cámara lenta, ya que si se sienten agredidas atacan clavando el agujón que a diferencia de las abejas no pierden (las abejas cuando clavan el agujón dejan con él enterrado el aparato digestivo, razón por la cual mueren) y me voy alejando pensando en que cuando llegue el invierno todas ya habrán muerto y sólo quedará la reina, esperando para crear una colonia nueva.
Un año, viven un año y en él resumen todas sus actividades. Cumpliendo vaya a saber ese propósito extraño en que se sustenta la supervivencia…
La humanidad también, ha venido con una misión y será devorada por otros, no se salva de esta regla. Mientras, vamos elaborando entre todos este infierno.
Regalo de Cherokee