Siempre me cuesta creer que los relatos de determinados hechos de la historia sean ciertos; cuando termino de leer, no puedo dejar de pensar que hay en ellos demasiados elementos de leyenda. No porque lo sinuoso, lo perverso, lo maldito y lo heroico no se den, al contrario estamos acostumbrados en nuestro devenir histórico a sucesos parecidos. Aunque tampoco nos dejan convencidos de que sean auténticos.
Vamos a ver… Pongamos a Séneca por ejemplo. Las historias cuentan que era un abogado que nació en Córdoba, hijo a su vez del Séneca retórico que lo llevó por distintas partes del mundo, hasta que fue llamado por Claudio (El emperador.)
No es difícil entender por qué tuvo que huir a Córcega donde permaneció 8 años, después de haber aunque sea hojeado su Apokolokintosis, una sátira contra Claudio.
Pero, según cuentan las malas lenguas, por influencia de Agripina es nombrado pretor de Nerón quien al subir al poder lo nombra a su vez consejero político y ministro.
Es así como comienza junto con Burrus a gobernar Roma dejando en esta actividad algo de su sello personal como filósofo, práctico, sin teoricismos.
En sus libros observamos que no le interesa la filosofía para especular con ella sino más bien como forma de vida. Es curiosa su escuela, ya que basaba la sabiduría en la naturaleza dejándose llevar por sus leyes y en definitiva: “La felicidad de que es capaz el hombre consiste en adaptarse a la naturaleza.”
“El sabio debe esforzarse por mantenerse impávido. No se le exige una insensibilidad, pues perdería su condición humana, pero debe soportar las adversidades. No ha de tratar de reformar el mundo, que tiene sus leyes necesarias, sino procurar adaptarse a sus exigencias.”
Y llega a este punto: «Demos gracias a Dios de que nadie está obligado a permanecer en la vida», esto no lo he leído directamente de sus libros, hay quienes lo mencionan alegando que lo escribió en una carta…
A pesar de las ideas que lo caracterizaron y que intentó llevar a la práctica, por ejemplo la abolición de la esclavitud, contra el abuso en todos los sentidos, tuvo que capitular una y otra vez, con una actuación llena de contradicciones al lado de Nerón.
Es un ejemplo de cómo las doctrinas no se acomodan a las exigencias del sistema que termina por deglutirlas, creando con ellas una gran masa de pensamientos teóricos y diferentes entre sí.
Quién no conoce de su suicidio después de desdichados acontecimientos, entre ellos el haber sido implicado en una conspiración contra Nerón quien ya lo había condenado a muerte.
Parece que fue a su estilo, estoico: se abre las venas… no muere… pide cicuta… no muere… asfixiándose por último con el vapor del agua. No sé, podría haber terminado su historia debilitándose lentamente al cortarse las venas, pero bueno, eso nunca lo vamos a presenciar.
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